martes, 11 de diciembre de 2012

Bosquimanos arrestados y torturados por funcionarios de Botswana


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Lunes, 10 de diciembre 2012

Bosquimanos arrestados y torturados por funcionarios de Botswana

Land is Life ha recibido varios informes de que tres hombres fueron arrestados y deben fue torturado en la Basawara (Bushman) de la comunidad de Gope, que se encuentra dentro de la Reserva de Caza del Kalahari Central (RCKC).


El martes, 27 de noviembre de Nkemegse Mogosko y Kepese Kebonyeng fueron detenidos por el Departamento de Botswana de la Vida Silvestre y del Grupo de Apoyo Especial (SSG), una fuerza especial de la policía que ha estado ocupando territorio bosquimano desde mayo de 2012.


Los dos hombres fueron esposados ​​y el Sr. Mogosko se celebró por el cuello y se dejó caer en un agujero en el suelo. El agujero fue cubierto con tierra para que el que no podía moverse. Las mismas fuerzas que finalmente lo sacó después de que el jefe del Gope, Mone Kepese, fue arrestado.


Los tres hombres fueron llevados a Sojwe, donde fueron detenidos durante tres días. El miércoles 5 de diciembre, fueron llevados ante el tribunal de primera instancia en Molepole y acusado de caza ilegal, a pesar del hecho de que tienen el derecho legal a cazar en su territorio dentro CKGR. Nkemegse Mogosko y Kepese Kebonyeng fueron puestos en libertad bajo fianza, pero Mone Kepese sigue siendo detenidos.


Los incidentes de acoso y detenciones han registrado un fuerte aumento en los últimos meses, como parte de la campaña actual gobierno de Botswana para forzar la Basawara fuera de sus tierras ancestrales. Estos informes llegan en un momento preocupante, cuando Gema Minería está expandiendo sus operaciones cerca de Gope, la comunidad más pequeños y pobres dentro de la reserva. Además, los hombres están preocupados por las mujeres y los niños que se han quedado solos en Gope.


Brian Keane, Director de Land is Life, dijo hoy, "los derechos Basawara para vivir, cazar y recolectar dentro de la CKGR fueron reafirmados por el Tribunal Supremo de Botsuana en 2006. La campaña del presidente Ian Khama a la fuerza de sus tierras ancestrales no es sólo contra el derecho internacional, es contra la ley en Botswana. Es hora de que el presidente Khama, que se sienta de la Junta de Conservación Internacional, a respetar la ley. Es hora de que se entable un diálogo con el Basawara y resolver esta situación. El Basawara tienen derecho a no sólo vivir, cazar y acceso al agua en su territorio, tienen el derecho a controlar su propia educación, acceso a la atención de la salud y de tomar sus propias decisiones sobre sus recursos, vidas y medios de subsistencia. "


Land is Life ha pedido al gobierno de Botswana para liberar inmediatamente Kepese Mone, retire las fuerzas especiales del Grupo de Apoyo del territorio Basawara y hacer que los responsables del 26 de noviembre incidente responsables de sus acciones.

Traducción no oficial 




FOR IMMEDIATE PRESS RELEASE

Contact: Casey Box – tel: +1.646.812.6255, email: Casey@landislife.org
Monday, December 10, 2012


Bushmen Arrested and Tortured by Botswana Officials


Land is Life has received several reports that three men were arrested and owe was tortured in the Basawara (Bushman) community of Gope, which lies inside the Central Kalahari Game Reserve (CKGR).


On Tuesday, November 27th, Nkemegse Mogosko and Kebonyeng Kepese were detained by Botswana’s Department of Wildlife and the Special Support Group (SSG), a special police force that has been occupying Bushman territory since May 2012.


The two men were handcuffed and Mr. Mogosko was held by his neck and dropped into a hole in the ground. The hole was then covered with dirt so the he could not move. The same forces eventually dug him out after the Chief of Gope, Mone Kepese, was arrested.


The three men were taken to Sojwe, where they were detained for three days. On Wednesday December 5th, they were brought before the Magistrate Court in Molepole and charged with illegal hunting, despite the fact that they have the legal right to hunt in their territory inside CKGR. Nkemegse Mogosko and Kebonyeng Kepese were released on bail but Mone Kepese is still being detained.


Incidents of harassment and arrests have seen a sharp increase in recent months, as part of the government of Botswana’s ongoing campaign to force the Basawara off of their ancestral homelands. These reports come at a troubling time, when Gem Mining is expanding its operations near Gope, the smallest and poorest community inside the CKGR. Additionally, the men are concerned for the women and children that have been left alone in Gope.


Brian Keane, Director of Land is Life, said today, “Basawara rights to live, hunt and gather inside the CKGR were reaffirmed by Botswana’s High Court in 2006. President Ian Khama’s campaign to force them from their ancestral homelands is not only against international law, it’s against the law in Botswana. It’s time for President Khama, who sits of the board of Conservation International, to respect the law. It’s time for him to enter into dialogue with the Basawara and resolve this situation. The Basawara have the right to not only live, hunt and access water in their territory, they have the right to control their own education, to access health care and to make their own decisions concerning their resources, lives and livelihoods.”


Land is Life is calling on the government of Botswana to immediately release Mone Kepese, remove Special Support Group forces from Basawara territory and hold those responsible for the November 26 incident accountable for their actions.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Cumbre de Doha sin fuerzas para frenar catástrofe climática



Por Stephen Leahy, enviado especial * - Tierramérica


DOHA, 8 dic - La conferencia climática de las Naciones Unidas se alargó un día más, hasta este sábado 8 en la capital de Qatar, y finalizó sin mayores reducciones de la contaminación que recalienta la atmósfera ni compromisos de financiación para el período 2013-2015.

 
Sin embargo, los países en desarrollo lograron mantener a flote el Protocolo de Kyoto, único tratado internacional obligatorio para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. 


"Es un acuerdo increíblemente débil", comentó Samantha Smith, representante de la Red de Acción por el Clima, una coalición de más de 700 organizaciones no gubernamentales. 

"Los gobiernos vinieron sin mandato para actuar", sostuvo Smith en una conferencia de prensa momentos después de que terminara la 18 Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP 18) y de que sus 194 estados partes aprobaran un complejo paquete que dieron en llamar Portal Climático de Doha (Doha Climate Gateway). 


Este acuerdo establece una segunda fase de compromisos del Protocolo de Kyoto, para que las naciones industriales reduzcan sus emisiones de gases invernadero entre 2013 y 2020, pero sin fijar los volúmenes de esos recortes. 

Tampoco se comprometió apoyo financiero para la adaptación de los países más vulnerables al cambio climático, apenas un acuerdo de celebrar más reuniones al respecto en 2013. También para el año próximo se fijaron conversaciones para crear un "mecanismo" destinado a medir daños y costos para los países afectados por las manifestaciones del cambio climático. Finalmente, el acuerdo incluye una previsión de dos años de negociaciones para un nuevo acuerdo climático internacional que entraría en vigor en 2020. 


"Es imposible lograr que todos se vayan con una sonrisa… También yo estoy decepcionado", dijo el presidente de la COP 18, el qatarí Abdullah bin Hamad Al Attiyah. 


En declaraciones a Tierramérica, Al Attiyah se dijo sorprendido porque los países quisieron introducir tantos cambios en las dos semanas de la conferencia, e inclusive hasta las horas finales. 


Sin embargo, este es un acuerdo "histórico", subrayó. 


Pero la conferencia de Doha no logró nada para abatir un curso de contaminación que está llevando al planeta a un calentamiento de cuatro grados o incluso superior. Y ofrece poco para financiar a los países más pobres que deben soportar los efectos de la transformación del clima, apuntó Smith. 

La activista acusó a Estados Unidos y a Canadá de bloquear avances. Canadá fue uno de los peores, dijo. Mientras se beneficia de la explotación de sus extensas arenas petroleras, fue "muy obstruccionista en financiación", aseveró.

 Los países industriales habían comprometido volcar 100.000 millones de dólares por año al Fondo Verde para el Clima a partir de 2020.

 Con el fin de llenar el vacío hasta entonces, las naciones en desarrollo pidieron 60.000 millones de dólares para 2015. 

Alemania, Gran Bretaña y un puñado de gobiernos más prometieron aportar 6.000 millones, pero de forma voluntaria. En Doha se acordó seguir discutiendo la financiación el año próximo. 

El debate sobre pérdidas y daños fue de los más intensos de las sesiones celebradas a puertas cerradas. Estados Unidos se enfrentó a estados isleños como Filipinas, que soporta severos daños por inclemencias meteorológicas y la elevación del nivel del mar.


 Los delegados de Washington bloquearon todas las referencias que implicaran compensaciones o responsabilidad, admitiendo abiertamente que temían represalias políticas domésticas, dijo una fuente que no quiso dar su nombre. 


"Las pérdidas y daños son un asunto enorme para América Central. Somos muy vulnerables a los impactos del cambio climático", dijo Mónica López Baltodano, del Centro Humboldt de Nicaragua y observadora de la sociedad civil en las conversaciones. 


"Honduras y Nicaragua figuran en primer y tercer lugar entre los países más vulnerables del mundo, según el Índice Mundial de Riesgo Climático", dijo López Baltodano a Tierramérica. 


El índice que elabora la entidad alemana Germanwatch, divulgado en Doha, sostiene que esos dos países centroamericanos fueron los más afectados en pérdida de vidas y daños en las últimas dos décadas. En 2011, Tailandia, Camboya, Pakistán y El Salvador resultaron los peor golpeados por eventos meteorológicos extremos. 


En la COP 16, celebrada en la ciudad mexicana de Cancún en 2010, se acordó buscar mecanismos para evaluar y reducir los daños y pérdidas que causan las manifestaciones del calentamiento, desde los desastres meteorológicos a fenómenos de desarrollo lento, como la elevación del nivel del mar, la acidificación de los océanos, la pérdida de biodiversidad y la desertificación. 


El mundo en desarrollo quería una nueva institución y un marco de acción para los daños y pérdidas, pero Estados Unidos se negó a crear una entidad. El pacto entonces es establecer "un nuevo mecanismo" en 2013. 


La segunda fase del Protocolo de Kyoto se extenderá entre 2013 y 2020, un avance muy importante para los países en desarrollo, pues sus metas de reducción de emisiones y sus métodos de emisión y de verificación tienen fuerza legal. Sin embargo, solamente la Unión Europea, Australia y algunos pocos países más se encuentran comprendidos por las obligaciones de Kyoto, y representan en total apenas 12 por ciento de las emisiones mundiales de gases invernadero. Estados Unidos no forma parte de este tratado. Canadá y Japón optaron por retirarse de la segunda fase, y las grandes potencias emergentes –China, India, Brasil, etcétera– tampoco hacen parte de él, por ser países en desarrollo. 


Además, ninguno de los estados abarcados por la segunda fase del Protocolo de Kyoto se comprometió a nuevas reducciones de sus emisiones. Solo aceptaron una revisión obligatoria de sus compromisos de recorte en 2014. Las naciones ricas no obligadas por el protocolo prometieron realizar disminuciones comparables, pero sin ningún anuncio concreto en Doha. "El proceso de la COP es decepcionante", dijo López Baltodano, que ha asistido a las tres últimas conferencias. "Es evidente que los intereses económicos nacionales dominan las negociaciones". Y los países están a su vez influidos por el sector corporativo, mientras la sociedad civil tiene poca interacción y capacidad de incidencia, según la activista. "Hay un espacio enorme al que no llegamos". 


El resultado concreto de Doha pone al mundo rumbo a un calentamiento de tres, cuatro o inclusive cinco grados respecto de las temperaturas preindustriales, dijo un delegado de la isla de Nauru, en el océano Pacífico, que habló en la sesión plenaria final en nombre de la Alianza de Pequeños Estados Insulares. 


"No estamos hablando de cuán confortablemente pueden vivir sus pueblos (del mundo desarrollado), sino de si nuestros pueblos podrán vivir. La vida de nuestra gente es la que está en la cuerda floja", concluyó. 

* Publicado por la red latinoamericana de diarios de Tierramérica.
(FIN/2012)

Los países industrializados bloquean la salida para frenar el cambio climático


8 de diciembre de 2012
Finaliza la cumbre de cambio climático en Doha
Amigos de la Tierra condena a los países industrializados por no hacer frente al cambio climático en la cumbre de Doha.

Amigos de la Tierra acusa a los gobiernos de los países industrializados de bloquear la acción efectiva para frenar la crisis climática en la Cumbre de la ONU en Qatar. A pesar de la decisión por parte de la organización de alargar un día la decimoctava Conferencia de las Partes, éstas no han logrado ningún avance sustancial.

Las negociaciones de Doha han culminado con un documento vacío. A pesar de los titulares oficiales de Naciones Unidas, la negociación ha vuelto a ser un fracaso global: no se ha conseguido sentar las bases para conseguir un avance real de reducción de emisiones de acuerdo con las recomendaciones de la ciencia, y por si fuera poco, los países industrializados, principales causantes del fenómeno, se han comprometido con una financiación irrisoria para mejorar la capacidad de adaptación al cambio climático de los países más vulnerables.

Las culpas de nuevo recaen sobre los países del Norte, principalmente sobre EE.UU.. La administración de Obama está consiguiendo desmantelar el marco de las negociaciones de cambio climático de Naciones Unidas con el apoyo de otros estados industrializados y de élites del Sur. Este bloque está paralizando por activa y por pasiva cualquier atisbo de acuerdo, forzando a que en el medio y largo plazo todo el mundo pague el precio de su inacción.

Hector de Prado, responsable del área de cambio climático y energía, señaló: “Exigimos justicia para aquellos que ya están viviendo en primera persona los peores impactos de la crisis climática, una crisis que han causado los países industrializados. En vistas de la incapacidad de nuestros representantes para alcanzar una solución global, la única esperanza reside en la gente. La ciudadanía tiene que exigir que en su marco estatal se implementen medidas reales de reducción y obligar a sus representantes políticos a que cumplan con los compromisos adquiridos. Si seguimos esperando, cuando se cristalice el deseado acuerdo internacional ambicioso, justo y vinculante, puede ser ya demasiado tarde".
A grandes rasgos, la lectura del acuerdo puesto sobre la mesa revela los siguientes puntos:

- No logra reducir las emisiones, ya que ningún país ha aumentado sus objetivos de reducción de emisiones, a pesar de que varios países no industrializados exigen recortes de 40-50% para el año 2020 para tener una oportunidad de limitar el aumento de la temperatura a no más de 1,5C.

- Los países ricos no han realizado el compromiso financiero colectivo necesario para permitir a los países del Sur una mejor adaptación al cambio climático y una transición hacia un futuro de bajas emisiones.

- En lugar de fortalecer los reglamentos y normas para reducir las emisiones, los textos promueven los intereses empresariales y las falsas soluciones como los mercados de carbono, a pesar del evidente fracaso de las ya existentes.

Dipti Bhatnagar, de Amigos de la Tierra Internacional añadió que“trabajando codo con codo, algunas comunidades están consiguiendo rechazar los combustibles fósiles, fundando cooperativas de energías renovables, transformando los sistemas alimentarios y protegiendo el patrimonio natural de los intereses corporativos de las multinacionales. Sólo las soluciones que pongan a la gente y al planeta en el centro de la ecuación servirán para arreglar el desaliño climático actual y conseguir así justicia climática”.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Doha: postergando decisiones sobre cambio climático



Algún día se escribirá la historia de las negociaciones internacionales de cambio climático. El libro podría titularse “Las mil y una maneras de no tomar las decisiones urgentes haciendo de cuenta que se toman decisiones importantes”. Es que los comunicadores de la Convención (Secretarios, Presidentes, co-Presidentes, etc.) tienen una gran habilidad para salir de las reuniones con las manos vacías y mostrarnos tesoros relucientes.
 

La Convención ha tenido a lo largo de su historia una serie de pomposos documentos finales que en realidad solo deciden que han resuelto posponer las decisiones para más adelante. El “Mandato de Berlín” (1995), el “Plan de Acción de Buenos Aires” (1998), la “Hoja de Ruta de Bali” (2007), son algunos de estos ejemplos. El último de estos casos es la “Plataforma de Durban” aprobada el año pasado en aquella ciudad sudafricana. Allí se comunicaba que como no se había logrado cumplir con la Hoja de Ruta de Bali, los delegados se iban a tomar unos añitos más para ver como reacomodaban la agenda y continuaban la discusión hasta el 2015.
 

Con 24 horas de retraso, acaba de finalizar este sábado la COP 18 en Qatar; y como no podía ser de otra manera, se aprobó una nueva postergación, esta vez denominada el “Portal Climático de Doha” (Doha Climate Gateway). El llamado “paquete de Doha” incluye varios documentos, particularmente los acuerdos resultantes de los grupos del Protocolo de Kioto, de la Plataforma de Durban y de Cooperación a Largo Plazo, entre otros.
 

El nuevo paquete de acuerdos pone punto final a la Hoja de Ruta de Bali –firmada en 2007 y que debió concluir hace dos años en Copenhague- y mantiene abierta la nueva ruta establecida en Durban. No le puso punto final porque hubiera alcanzado los objetivos propuestos sino porque logró concretar la continuidad del Protocolo de Kioto –aunque mucho más débil de lo que ya era- y pasar todos los temas no resueltos del grupo creado en Bali sobre Cooperación de Largo Plazo para el 2015 a través de la Plataforma de Durban.

 
La resolución sobre el Protocolo de Kioto –que fija las metas de reducción de los países desarrollados- resultó todo lo escasa que se esperaba. Habrá un “segundo período de compromiso” hasta el 2020, pero este será insuficiente para los desafíos del cambio climático. Los países firmantes se comprometen a reducir un 18% sus emisiones para el 2020 (comparadas con las 1990), cuando la ciencia establece que debían reducirse en un 40%. Pero además, sólo la Unión Europea y unos pocos países más lo han firmado, mientras que algunos de los mayores emisores entre los países desarrollados (Estados Unidos, Japón, Rusia, Canadá y Nueva Zelandia) no han firmado este nuevo acuerdo. Los demás grandes emisores que no son países desarrollados, no tenían ni tendrán compromisos de reducción bajo este Protocolo.

 
La resolución en torno a la Plataforma de Durban, pomposamente lanzada hace un año, solo establece que se continuará reuniendo durante 2013 y 2014, que invitan a los países a enviar sus ideas por escrito, y que la secretaría se ocupe de conseguir los recursos para financiar las reuniones. Eso es todo. Bueno, no todo. En su primer párrafo reconoce que “el cambio climático representa una amenaza urgente y potencialmente irreversible para las sociedades humanas y el planeta y esto requiere ser urgentemente atendido por todos los países”. Pero parece que la mejor forma de atender este asunto de manera urgente es establecer un nuevo calendario de reuniones para los próximos dos años.
 
Como ha sucedido anteriormente, las decisiones tomadas en Doha no tienen ningún impacto en la mitigación del cambio climático ni en la capacidad de los países más pobres de poder proteger sus poblaciones y ecosistemas de sus efectos. Los límites a las emisiones acordados están muy lejos de lo necesario y la trayectoria de aumento de la temperatura bajo esos escenarios nos conduce directamente a un aumento de 4°C hacia el 2050.
 

Otros temas importantes, como el financiamiento comprometido en Copenhague (100 mil millones de dólares al año), el capítulo sobre “pérdidas y daños” que pretendía compensar a los países más vulnerables por los impactos del cambio climático, o los procedimientos para la Reducción de Emisiones de la Deforestación, fueron una vez más postergados.

 
Pero nada de esto impidió la consabida auto-aclamación de la Convención, las felicitaciones cruzadas entre los delegados, y las congratulaciones a la presidencia por el extenuante esfuerzo realizado; y los delegados aplaudieron fervorosamente la tardía aprobación de estos inútiles acuerdos.
 
Ahora las (des)esperanzas se postergan hasta el próximo noviembre cuando la COP 19 se reúna en Polonia y tengamos la oportunidad de ver una nueva manera de postergar decisiones urgentes presentadas como decisiones importantes.
 

- Gerardo Honty es investigador de CLAES (Centro Latinoamericano de Ecología Social).


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